jueves, 17 de septiembre de 2009

Yo no me acuesto con escritores

Extasiante es ver las líneas de la carretera conectarse exactamente en ese espacio en el que se desconectan, es una invitación al absurdo. Sujetada del volante con desesperación de pronto me encontré frente a una silueta muy pequeña que se inflaba al ritmo de las cadenas desencadenadas de líneas. La forma tomó color carmín y figura regular. Mis instintos de me detuvieron y la puerta del copiloto se cerró antes de darme cuenta…

-¿A dónde vas?

- Algo así como a 10 kilómetros…

- ¡Ah! Mucho gusto, ¿Cómo te llamas?

- Vestido rojo

- Bien

- ¿Y tú què haces?

- Escribo, y trabajo como asistente de unos intelectuales serviles. Nada del otro mundo, pero al decir que soy escritora me contrataron para corregir los textos que pretenden publicar. Me gusta pasearme toda la mañana entre palabras.

- ¿Entonces dijiste que eras escritora o eres?

- No, no lo soy. Digo que lo soy porque me funciona, encuentro mis razones en ello y lo gozo. Como un albañil disfruta cuando palea grava, el cemento y el agua en una sola mezcla espesa que cruje y raspa, mientras las piedras golpean intermitentemente contra el metal. Sólo que yo justifico mi existencia en las palabras y no existe uno de mis sentidos al que no le causen placer.

- !Aquí bajo!!!

-Vestido rojo, ¡Espera!… ¿Te puedo ver otra vez?

- No, yo no me acuesto con escritores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario