jueves, 18 de febrero de 2010

Femme Fatale

Resultan innecesarios los adornos,
Nimios contendientes versus su tez,
Cual seda grasienta
O casimir arenoso
Rondando ese cuerpo
Silueta imperfectamente bella
Surcada a suspiros ajenos
En todos sus ápices
Por la cadencia rotunda
De la forma que toma la belleza en su imperfección.

No es necesaria la estela de estrellas
Pálida cercenante,
Opaca entre sus piernas,
Senil en su boca
Precisamente elegida
De entre toda su forma
Para sorber el ocaso
Expulsando después un calor
Que transforma todo cuerpo en objeto incandescente.

Es suficiente el sudor en cascada frente abajo
Fusionando sus entrañas con nuestra carne,
Destrozando el verbo amar
En partículas diminutas
Capaces de ensañarse por los poros de la piel.

Es de sobra suficiente el rumor de su saliva
Secuestrado por la almohada,
Objeto inanimado rendido a tu rostro,
Y la sobrada manera de embarrar sus cabellos
Cuesta abajo en nuestros cuerpos
Obligadamente ciegos a tan femenina fatalidad.

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