domingo, 7 de febrero de 2010

Aquella Poeta...

Se resiste a escribir directamente al ordenador
pues le causa una náusea de esterilidad.
No puede mirar precisamente a los ojos
porque le ocasiona un estupor infranqueable.
Evita llamar a las cosas por su nombre
ya que le produce una tristeza perpetua.
Le da pereza el amor
y le teme a la muerte
pero ansía morirse enfundada en el uniforme de un ejército revolucionario.

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